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Cambio de Director, ¿Hace la Diferencia?

May 31, 2023
Virtuosum
Cambio de Director, ¿Hace la Diferencia?
6:30
 

 

 

En abril de 2023 el equipo de la Universidad estaba pasando aceite, no encontraba la portería y ocupaba el penúltimo lugar de la tabla, se imponía un cambio en la dirección ¿se podrá así salvar la temporada? ¿Es suficiente el cambio de director técnico y dejar a los mismos jugadores?

 

En la mayoría de los partidos jugados durante la temporada los jugadores lucieron su irresponsabilidad. Su manera de trasladar el balón en la cancha y su lento deambular reflejaban apatía y pérdida de compromiso. No mostraron interés en jugar a lo grande, ¿cómo es posible? Los jugadores del futbol mexicano están bien pagados. Están dedicados a lo que es su pasión ¿entonces por qué no rinden?

 

Los jugadores convocados a jugar antes de este partido fueron los mejores que tiene a su disposición el director técnico, estaban en la cancha, pero no se coordinaban bien, no llegaban a la portería contraria, no alcanzaban pases en profundidad con fuerza suficiente como para derrotar pronto al enemigo. Sin embargo, su director técnico no lograba que dieron lo máximo posible, era una frustración constante. Tuvo que renunciar.

 

Ahora bien, si tienes en la cancha a los mejores jugadores disponibles, ¿son ellos los responsables de su accionar? ¿deben motivarse a sí mismos para salir triunfantes? ¿basta con ponerlos en la cancha y que ellos jueguen de la mejor manera?

 

Se ha dicho muchas veces que resulta enigmático que cuando reúnes a personas con un IQ de 140 al desempeñarse en conjunto acaban con un promedio de 100. ¿Por qué en vez de potenciarse se neutralizan mutuamente y decrece su funcionamiento?

 

En un deporte de alto nivel competitivo como es el futbol, es requerido que cada jugador se motive a sí mismo con fuerza para alcanzar los niveles elevados que se esperan de él. Si los jugadores mantienen en su corazón y en su mente un cúmulo de preocupaciones personales resulta natural esperar que no puedan concentrarse en el juego y dar lo máximo. Imagínate, lo que está en juego es cumplir el sueño de todo futbolista: estar en la cancha.

 

El gran jugador Slatan Ibravamovich ante el reto de que debe retirarse a los 40 años expresó: “Todavía me siento muy joven, no creo que encuentre otra actividad que me haga vibrar tanto como cuando estoy en el césped”.

 

Los diálogos internos, lo que nos decimos a nosotros mismos, debemos controlarlos para que sean mensajes positivos que nos impulsen y no pensamientos negativos que nos paralicen. Eso está en el ámbito de nuestras posibilidades, potenciarnos a nosotros mismos debe ser una tarea de cada día. Reafirmar lo bueno que somos, las capacidades que poseemos y la enorme posibilidad para conquistar lo que nos hemos propuesto es tarea diaria. Si en vez de ello desconfiamos de nosotros mismos y nos llenamos de dudas, acabaremos fracasando. No podemos permitírnoslo.

 

Ahora bien, la automotivación individual no basta, es necesaria pero no suficiente. El jugador está bajo los reflectores, a la luz de todo mundo que anhela que triunfen, para ello es necesario que jueguen bien, que se esmeren, que dejen en la cancha toda su habilidad y su entrega decidida para lograr el triunfo que desean ver sus seguidores.

 

Pero ¿ello es suficiente? Por supuesto que no. Cuando se convoca a varias personas para jugar en conjunto, debe entenderse que a partir del momento en que se encuentran juntos, las posibilidades de desempeñarse bien es responsabilidad del líder, de los líderes en cascada.

 

Llegó el momento de cambiar al director técnico, entró Antonio Mohamed, que se hizo cargo de los Pumas, el equipo universitario, y desde ese momento planteó su gran propósito: lograr al menos 10 puntos de los posibles ante los encuentros pendientes de la temporada.

 

Pumas revivió en Domingo de Resurrección. Su nuevo director técnico los motivó y los alentó a dar un gran partido. Jugadores que no eran alineados, fueron tomados en cuenta. Antonio Mohamed cambió radicalmente la formación del equipo, inició con una línea de 5. Aún así en el minuto uno cayó el primer gol en contra. Pero reforzaron su actitud y jugaron como nunca para ganar el partido 3 goles a 1. Ya les hacía falta, fue un soplo de aire fresco.

 

En una empresa el director, el gerente y el jefe de departamento integran la cadena de mando y juegan un gran papel la forma en que ellos se coordinan entre sí. A partir de allí viene juzgar el desempeño individual de los colaboradores, conseguir que cada uno sepa qué debe hacer, el cómo y el cuándo hacerlo, cómo coordinarse con sus compañeros y qué se tendrá como un buen cometido y qué será considerado una falla, todo ello es responsabilidad del líder directo, el que trata con los colaboradores, ¡ah! Pero eso sólo se logrará si la cadena de mando se entiende bien.

 

En la empresa, se le llama con dos palabras muy reconocidas: cultura y clima organizacional. Si no hay trabajo previo para definir y trabajar con absolutamente todos los integrantes de la empresa; entonces, no nos sorprenda que a los niveles inferiores no sepan cuáles son los lineamientos por seguir. No hay duda, Mohamed sabe inculcar su estilo, ha quedado demostrado con otros equipos que ha dirigido.

 

Te invito a la reflexión, tu equipo ¿eleva el IQ de cada miembro o lo disminuye?

 

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