Chispazos de Liderazgo Genial No. 1
May 07, 2025
¡HOLA! Bienvenido a Miércoles de Liderazgo. Te ofrezco ideas para fortalecer tu liderazgo dondequiera que lo ejerzas. Alfredo Esponda te da las gracias por estar aquí.
A todo esto ¿para qué es el liderazgo? ¿por qué tanto afán por lograr ser el líder de, de lo que sea, pero el líder? En esencia ¿quién es el líder? ¿qué lo impulsa?
Te prevengo. Ofreceré una docena de chispazos geniales de líderes de todas las épocas. Me propongo ofrecerte ejemplos dignos de admiración a lo largo de la historia. Deseo que estos chispazos te proporcionen guías para impulsar tu carrera de líder, tal vez algo no tan grandioso, pero sí para alcanzar tus pretensiones de lograr un liderazgo de tu interés.
Quiero comenzar con alguien que a mí me inspiró esta serie de chispazos geniales.
Era el cambio de siglo, el año 2000. La Corporación Disney llevaba 16 años con el mismo CEO: Michael Eisner.
Con una secuela de éxitos impresionantes Michael estaba sólido en su puesto, sin embargo, acusaba síntomas de agotamiento.
Veamos primero la cascada de éxitos de Michael Eisner que impulsó el crecimiento metafórico de la Corporación Disney.
Michael tuvo una carrera meteórica en Disney de 1984 a 2005. Lo primero que hizo fue producir dos películas de gran éxito: ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y La Sirenita. Luego lanzó el plan LA DÉCADA DE DISNEY, basado en su estrategia de diversificación y el ambicioso proyecto de convertir a Disney en el mayor grupo de medios de comunicación de los Estados Unidos.
En esa década se concentró en impulsar los parques temáticos creando uno en París y otro en Tokio. Produjo las exitosas películas La Bella y la Bestia, El Rey León y Aladdin. Abrió la línea de cruceros. Adquirió Capital Cities/ABC y ESPN. Sin embargo, en sus últimos cinco de los veintiún años, tuvo fuertes caídas en sus ingresos y contrajo deudas por 9000 millones de dólares.
Roy Disney, el último miembro de la familia que todavía pertenecía a la empresa se dedicó a criticar la gestión de Michael Eisner censurándolo por haberla convertido en una empresa “ambiciosa, sin alma”. Roy organizó un grupo de accionistas que se amotinaron en una convención para decidir que Michael Eisner tenía que dimitir y así fue.
En estas condiciones surge al estrellato de Disney, el gran visionario y ejecutivo Robert Iger. Su epopeya narrada por él mismo está en “Lecciones de Liderazgo Creativo” un libro de lectura grata e inspiradora, muy recomendable.
Iger nos relata su formación ejecutiva desde sus primeros trabajos. Fue el officeboy del grandioso The Main Event en el Madison Square Garden, en ese otoño de 1974 atendió a Frank Sinatra y le tocó correr a la farmacia más cercana para comprar un enjuague Listerine que urgía al divo. Al entregárselo, además de las gracias, recibió un billete de cien dólares y un precioso encendedor con la leyenda: con cariño, Sinatra.
El primer jefe que admiró Iger fue Roone Arledge. Le impactó que “nunca estaba dispuesto a conformarse con un “así ya está bien” su experiencia en ABC Sports le abrió las puertas a un mundo mágico, recorrían el mundo para presentar por TV “los mejores eventos deportivos de primera magnitud: Juegos Olímpicos de Invierno, los Clavadistas de Acapulco, el patinaje artístico desde Praga, los descensos de esquí alpino en China, Rumanía o en la URSS”.
Roone fue también la primera persona que adoptó el avance tecnológico: cámaras de ángulo inverso, repeticiones a cámara lenta, transmisiones de acontecimientos en vivo por vía satélite, siempre buscaba nuevas formas de conectar con los espectadores y captar su atención. Para él no había detalles nimios, creaba un ambiente donde no se aceptaba la mediocridad, su mantra “haz lo que sea necesario para mejorarlo”.
Iger nos aconseja que es una cuestión muy delicada encontrar el equilibrio entre exigir a tu gente que rinda al máximo y no inculcarle el miedo al fracaso. Una vez se topó con Roone y éste le preguntó: ¿Cómo va todo? Iger respondió: hay días en que noto que el agua me llega al cuello. Roone le dijo: Pues búsquese un tubo de buceo más largo. Roone no aceptaba excusas.
Iger vivió experiencias desafiantes, siempre salió adelante. ABC fue comprada por Capital Cities Communications. De modo que allí conoció a nuevos jefes Tom Murphy y Dan Burke. Eran unos grandes empresarios. Unos lobos del emprendimiento. Confiaban en el talento y lo dejaban actuar. Iger fue ascendiendo rápidamente con ellos. De repente fue llamado a la oficina ejecutiva y me notificaron: “voy a nombrarte vicepresidente senior de programación. Quiero que planifiques toda la programación deportiva de ABC”.
Después vivió la adquisición por parte de Disney y tuvo nuevos jefes, nueva cultura empresarial y allí destacó logrando ascender a posiciones envidiables, hasta alcanzar la máxima posición. Fue nombrado CEO en 2005.
En calidad de CEO se puso a plantear el futuro de las comunicaciones y del entretenimiento. Visualizó la necesidad de darle nueva vida a Disney mediante adquisiciones: hizo negociaciones con Steve Jobs para comprar Pixar, luego compró Marvel, siguió con Lucas Film, 21st Century Fox, y se dedicó a crear DISNEY+ dotándola de una oferta muy atractiva para lograr competir con NETFLIX. Vio venir la guerra del streaming, su afán de poseer muchas empresas productoras resultó muy efectivo.
Impulsó la creación de dos parques temáticos más: Hong Kong y Shanhái. Este último de dimensiones gigantescas, similares al de Orlando.
Lo admirable es que al completar su periodo se jubiló con una jugosa compensación que alcanzó los 31 millones de dólares. Estuvo dos años fuera. A Disney le resultó difícil encontrar un buen sucesor. El que escogieron sólo duró dos años y lo renunciaron. El Consejo decidió recontratar a Robert hasta 2026.
¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!
ROBERT IGER: La cultura de una empresa viene determinada por muchas cosas, lo básico es transmitir las prioridades de manera clara y precisa.
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