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Pensamos lo que Creemos

May 31, 2023
Virtuosum
Pensamos lo que Creemos
6:07
 

 

 

Ver para creer, quedó desplazado por creer para ver. ¿Te ha sucedido que pasas una y otra vez por un lugar sin percibir algo en particular? No es sino hasta que alguien te lo menciona que comienzas a verlo una y otra vez.

 

Durante muchos años recorrí el circuito interior de la CDMX. Era cosa de manejar con los ojos cerrados para llegar a la oficina. Un día que buscaba la dirección de una empresa recibí el mensaje “está dos cuadras después del Colegio Justo Sierra en el circuito interior”. Nunca me había fijado que había un colegio con ese nombre y tenía dos años circulando de lunes a viernes. A partir que lo descubrí, todos los días veía al Colegio Justo Sierra.

 

Nuestras creencias son el manantial de donde brotan nuestras percepciones y pensamientos. Debemos estar conscientes de nuestras creencias para asegurarnos pensamientos saludables y pertinentes con lo que deseamos. ¿Podríamos crear sin creer? Siempre hay una base de creencia para crear, busquémosla y desarrollémosla, allí la tenemos.

 

Los creativos capaces de crear algo nuevo, ingenioso y divertido, son personas que son impulsadas por la creencia en su capacidad para dar forma a lo inusitado. Todo lo existente, primero fue una creencia en la mente de una persona, luego, con su accionar la hizo realidad.

 

Según Joe Dispenza el efecto placebo que nos aplican los médicos, si se aplica con fuerza y se incrusta como creencia, adquiere tal fuerza que logra curarnos. Si Dispenza tiene razón, entonces podemos dar forma a un sueño glorioso que inyecte nuestras aspiraciones más profundas y logre incrustarse en nuestra creencia de que sí podemos, para luego entrar en acción y convertirla en realidad.

 

En 2010 se lanzó al mercado la película El Origen (Inception) con Leonardo Di Caprio. El planteamiento me fascinó. Se trata de inyectar en la mente de un magnate la idea de que el producto que Di Caprio y sus secuaces quieren venderle es el mejor, por lo tanto, el cliente debe firmar el contrato de compra-venta. Es toda una aventura, pero sería sensacional si uno pudiera inyectar al cliente una “inception” que lo dirigiera hacia la compra de lo que uno vende.

 

Todo ardid publicitario se propone crear en nuestra mente la creencia de que el camino que proponen es el que nos conduce a la satisfacción plena. Todo el arte de la mercadotecnia está dirigido hacia este propósito y vaya que lo logran. Coca-Cola tiene más de 100 años consiguiéndolo.

¿Podemos cambiar nuestras creencias? Por supuesto que sí. Hay una salvedad, nuestra necedad. Si somos personas aferradas a una idea y la sostenemos a lo largo del tiempo a pesar de pruebas en contrario, pues, ni remedio. No se tendrá éxito en el cambio. Por el contrario, hay personas con creencias tan endebles que cualquier opinión en contrario las hace cambiar. Ni lo uno, ni lo otro.

 

El asunto consiste en continuar la ruta. Nuestras creencias dan origen a nuestros pensamientos y éstos a nuestras actitudes que se proyectan a través de nuestras emociones para desencadenar decisiones y luego actuar. Son 5 pasos que se realizan en instantes en nuestro interior, de los cuales no tenemos conciencia plena, mientras no estemos atentos.

 

La solución para enriquecer nuestras creencias y lograr darles forma está en tomar conciencia de este proceso mental y atajarlo, para ir dándole forma hacia lo que nos conviene. Así formamos nuestros hábitos, luego ni los pensamos, sólo actuamos.

 

Con cada actuación obtenemos un resultado que nos produce una consecuencia. Aquí está el meollo del asunto. Estas consecuencias impactan las creencias que tenemos y si nos detenemos a pensarlas, podemos reflexionar que “ciertas actuaciones” no debemos repetirlas porque sus consecuencias nos hacen daño. Por supuesto, las buenas consecuencias nos gustan y solemos repetirlas con ansiedad, de modo que refuerzan lo que creemos.

 

En todo este ciclo, de repetición interminable a lo largo del día, podemos arrogarnos la potestad de decidir si continuamos haciendo lo mismo o lo refrenamos para hacer algo distinto que nos produzca un cambio. No todos los cambios llevan a una mejora, pero sí, aquellos que forman parte de una elección sensata. Está a nuestra disposición darle fuerza a la necedad o corregir el rumbo.

 

Te dejo líneas abajo el cuadro que ilustra este proceso. Espero te sea de utilidad.

 

 


 

¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!

 

BUDA: Siendo reconocido que las cosas han de transformarse, todavía hay quienes se aferran a ellas.

  

 

 

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