Un Día en el Hogar del Sol
May 08, 2024
Foto: Imagen de Freepik
Tan sólo 12 minutos después apareció el ansiado Uber, un Toyota azul manejado por Darío. Se bajó del auto, para ayudar con las maletas. El tipo resultó afable y acomedido. Platicador como pocos, “ya tú sabe, ¿no?” Resultó cubano con 20 años en Miami. Allí aprendió a manejar y se buscó una oportunidad en Uber, primero como chofer de otros y, con esfuerzo, ahorró y dio el paso para comprar su “troika” y ser su propio jefe.
El trayecto fue aprovechado con una amena y sabrosa plática. ¿Cómo es la vida en Miami para ustedes? La pasamos bien y tenemos muchas comodidades. ¿Extrañas Cuba? Claro, en cuanto tenga vida libre me vuelvo para allá, por lo pronto, yo traigo hermanos y primos, pero muchos no aguantan y se regresan. ¿Cómo así? Es que aquí hay que trabajar para sacar el pan y ellos están acostumbrados a vivir sin trabajar, el gobierno les da sus raciones y con eso la van pasando. Se quejan, pero son felices. Están muy mal acostumbrados. Les consigo un trabajito y antes del mes lo abandonan. Después de dos veces ya no les consigo nada. Me hacen quedar mal y a ellos no les queda más remedio que regresar a Cuba. ¿Es fácil entrar y salir de Cuba? Sin problema chico. Yo voy tres veces en el año a visitar a mi mamá, que todavía vive.
En Darío se aprecia a un auténtico líder familiar. Convoca a parientes y amigos una vez a la semana para mantenerse en contacto, muchos que viven como extraños, pero no tanto, por su comunidad que vez más numerosa.
¿Por qué aquí la mayoría le va al Partido Republicano? Porque los demócratas son socialistas, todo el tiempo andan cambiando reglamentos y se meten con la vida de uno, a cada rato piden informes. Allí está Biden, que es un auténtico comunista. En cambio, los republicanos lo dejan trabajar a uno, ponen sus leyes y confían en que uno va a cumplir. Por supuesto, si uno no es cumplido le aplican multas muy fuertes, pero mientras hacemos todo lo que dicen sus reglamentos estamos muy bien. No sufrimos. Además, los demócratas son unos traidores. Cuando la invasión a la isla, Kennedy ofreció que mandaría al ejército y a la mera hora nos falló. Pero eso tiene más de 60 años, ¿todavía lo recuerdan? Ningún cubano perdona esa traición.
Me quedé sorprendido de esas declaraciones, pero eso es lo que me dijo Darío. Conversación salpicada de modismos y expresiones cubanas.
En un segundo viaje, el llamado a Uber recayó en una colombiana con un auto Yaris, bien cuidado, bonito. Ella resultó guapa y agradable. Marlene tenía en su formato de Uber el comentario de triple estrella y decía que era una gran conversadora. No tardé en comprobarlo.
Marlene me comentó que se ha tenido que cambiar tres veces de departamento, cada vez que le toca un vecino cubano tiene que huir de allí, “son insoportables, están por todos lados, se sienten dueños de Miami, son sucios y mal educados”.
Marlene hizo estudios de Marketing con especialidad en empresas medianas y pequeñas. Tiene licenciatura y maestría, eso me dijo. Me comentó tantas cosas que pronto caí en la cuenta de que era una inadaptada. Sus padres, de buena familia viven en Cali. Nunca han querido vivir fuera de Colombia. La han visitado tres veces y les encanta Miami, pero no para quedarse. No me atreví a preguntarle, pero sí lo pensé: ¿Cómo es que con esos estudios no hayas conseguido un trabajo de tu especialidad? O ¿prefieres la libertad que te da el Uber?
Marlene es una joven de unos treinta años con una presencia maravillosa y una cultura envidiable. Es probable que sus primeros años de vida en Colombia hayan sido muy afortunados, con una interacción social privilegiada que, hoy en Miami, se le dificulta para pertenecer a comunidades de alto nivel. No se resigna a aceptar su realidad.
Otro aspecto que me interesó fue el hecho de que recorrí varios puestos de comida, regalos y revistas en el aeropuerto, todos los puestos visitados tenían empleados eran de origen cubano. Por lo demás, bien atendidos. Incluso, al documentar maletas, las seis personas que me atendieron en el mostrador de Aeroméxico, también cubanas. La que me atendió a mí se veía que estaba en el proceso de adiestramiento, tenía que preguntar lo que debía hacer en cada paso del proceso. Su supervisora, también cubana.
Dado al sospechosismo, como soy, comencé a especular y…concluí que era muy difícil tragarse la píldora de puros trabajadores cubanos en el aeropuerto, incluso en Aeroméxico. Me parece que, si alguien de otra nacionalidad se contrata, le hacen la vida pesada hasta que renuncia y se va. Esto facilita prometer que, si contratas a un cubano, te va a ir muy bien, sin problema alguno. La verdad, todos se desempeñan adecuadamente y cumplen con su trabajo. Esta “supuesta” protección a los cubanos, les cierra las puertas a trabajadores de otras nacionalidades.
Para abundar sobre el tema no queda más remedio que visitar al Oráculo de Delphos moderno, Google, todo lo sabe.
“En Miami viven 700,000 cubanos de 1.3 millones que están en los Estados Unidos. Se estima que 2.5 millones de cubanos viven fuera de la isla”. En Miami han creado Little Habana, particularmente, en la famosa Calle 8. Sus aportaciones a la dinamización de la economía de la ciudad son ampliamente reconocidas, así como a la cultura y la socialización. Los bares y espacios musicales cubanos son ampliamente visitados. En Cuba viven once millones de cubanos ¿esperando salir?
El gobierno de los Estados Unidos, desde enero de 1959 ha otorgado a los cubanos grandes facilidades para que puedan llegar y, a tan sólo un año y un día, pueden obtener su Green Card, lo cual hace una gran diferencia con inmigrantes de otras nacionalidades. En las últimas fechas han otorgado ventajas similares a haitianos, nicaragüenses y venezolanos. ¿Por qué a ellos sí?
Te invito a la reflexión de cómo viven en otros países los inmigrantes afortunados.
¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!
Jean Jacques Rousseau: Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada.
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